Estamos asistiendo a un espectacular boom tecnológico, las salas de cine pelean codo con codo para proveerse de la mejor infraestructura en 3D y mejores gafas, y todo para, por ahora, tomar conciencia sobre lo bonito de la ecología y lo fantástico que queda el color azul eléctrico en 3D; porque, lector, no hay vida más allá de Avatar, y no será hasta que el rey del mundo, James Cameron, decida que en las alturas ya se ha oxigenado bastante, y ceda paso a buenas obras con tal vez mayor calidad cinematográfica (sí, lector, mayor calidad cinematográfica, el mundo no se acabó en Titanic...) para regocijo de la audiencia, que necesitada está ahora de pocos sobresaltos si no son ya pagando, ya en un cine con butacas rojas y gafas a juego.
No importa que no haya dinero para palomitas mientras la película dure dos horas y media, no importa que haya películas en la recámara, mientras la película entretenga a mis hijos, que para eso pago la entrada; lo único que verdaderamente importa en esta vida, cuando no se tiene dinero, es tampoco tener crisis, y si durante dos horas y pico, el parto es sin dolor, pues que me ponga la epidural, ¿Qué cuesta? Poco es.
Desde este rincón del mundo sólo queda saludar al recién llegado y desearle, tras cachetes necesarios para confirmar que la criatura está viva, una larga y próspera vida, y que provea descendencia, huesos anchos y musculatura apreciable, que ahora sí, el cine está de enhorabuena.
Volvió el mayor espectáculo del mundo.
Este blog no pretende ser más que un muestrario de ideas surgidas de entre la actualidad más efervescente, cualesquiera el tema pueda ser, ¡estás invitado a opinar y ser el mayor azote en la tierra desde las plagas!
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