Un estudio realizado por científicos australianos demuestra que las personas delgadas son más sensibles a la grasa que las gruesas. Esto supone en la práctica que podamos identificar, además del gusto salado, dulce, amargo, ácido y umami, el sabor de ¡la grasa! Los científicos también pudieron demostrar que esa destreza está unida a su peso y porcentaje corporal de grasa. "Aquellos sujetos con contenidos bajos, o delgadas, son más sensibles a la grasa, mientras los obesos tienen más problemas para detectarla en los alimentos"
¿Es o no es increíble el cuerpo humano y su capacidad, ante nosotros infinita, para sorprendernos?
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